El melasma, es una forma de hiperpigmentación (manchas oscuras) que aparece en la cara, en especial en las mejillas, dorso nasal, la frente y el labio superior, y en ocasiones en otras partes del cuerpo que sufren exposición al sol, como los antebrazos. La causa del mismo es multifactorial y no está del todo esclarecida pero sí sabemos que intervienen la genética, los factores hormonales (se ve con más frecuencia en mujeres luego de los 25-30 años, asociada a veces con la ingesta de anticonceptivos u otras hormonas o con embarazos), daño solar acumulado ( y si, ese daño se va acumulando desde nuestra infancia y durante toda nuestra vida) y un estado “inflamatorio” crónico en la piel que dan como resultado la aparición del pigmento que puede ser superficial, profundo en la dermis o Mixto ( superficial y profundo) junto con una piel más sensible, fina, reactiva y elastótica ( atrofiada y alterada por la radiación ultravioleta (RUV)) y vasos sanguíneos dilatados.
No existe un tratamiento único que “cure” el melasma sino una serie de conductas a seguir y de opciones terapéuticas que bien aplicadas en forma simultánea o sucesiva pueden dar excelentes resultados mantenibles en el tiempo. Dentro de esas conductas vamos a citar
- El evitar tratamientos hormonales que activen el melasma (anticonceptivos hormonales por ejemplo)
- Uso correcto de protector solar de amplio espectro (aquellos con filtros físicos y químicos que protegen contra la RUV de tipo A y B, luces visibles e infrarrojo), aquellos con color son más efectivos.
- Evitar exposición solar en horarios de alta RUV (entre las 10 y las 15 hs)
- Evitar la inflamación de la piel, es por ello que contraindicamos en estos pacientes exfoliaciones y tratamientos agresivos ya que estos pueden mejorar transitoriamente el melasma y luego empeorarlo o complicarlo con hiperpigmentación post inflamatoria (otro tipo de manchas oscuras aún más complicadas de tratar), las fuentes de calor también pueden empeorarlo.
- Uso de despigmentantes tópicos (para frenar la producción de las manchas por parte de los melanocitos) y regeneradores cutáneos (para acelerar el recambio natural de la piel) en todo el rostro.
- Ingesta y uso tópico de antioxidantes para mejorar la calidad de la piel, el estado inflamatorio, revertir la elastosis y mejorar la resistencia a la RUV y otros agresores externos.
A estas medidas generales podemos sumarle tratamientos en consultorio como peelings químicos, microneedling con sustancias despigmentantes, luz pulsada intensa, laser Nd:YAG, Erbium o incluso laser CO2 o esquemas de tratamiento cerrados como el Cosmelan. Ninguno es 100% efectivo en todos los pacientes y el resultado depende sobre todo de cuál dispositivo se usa (No todos los equipos son iguales, muchos son incomparables con otros “en teoría similares”), que parámetros se utilizan según el paciente, la cantidad y localización del pigmento y otras características de la piel, y por supuesto, la disciplina del paciente en el pretratamiento y post tratamiento para obtener el mejor de los resultados y mantenerlo en el tiempo.
Si tienes melasma u otro tipo de manchas, no dudes en consultar con tu dermatólogo que va a saber cuál es la mejor opción para vos!