La llegada de la nueva estación puede para muchas personas suponer un cambio de ánimo, debilidad física, cansancio intenso, estas son algunas de las manifestaciones habituales de la llamada “astenia primaveral” que suele darse durante las primeras semanas del cambio de estación, cuando el cuerpo se está adaptando a nuevas temperatura y sensaciones térmicas. No es una sensación grave pero en muchos casos reduce la energía diaria, por lo cual una de las claves para enfrentarla y para estar mejor preparados para su llegada es mantener una adecuada nutrición, de manera a fortalecer el sistema inmune y obtener el máximo bienestar físico.
Alimentarse bien es fundamental en cualquier época del año, pero en estos meses es una época ideal para incluir esos alimentos que no deseábamos en invierno como es el caso de las verduras y frutas frescas que están en su mejor momento.
Recomendaciones para el desayuno
Los alimentos como el pan o derivados (pan tostado, cereales, galletitas etc.) son la base. Es mejor optar por los integrales que aportan más fibra y mayor densidad nutritiva. El desayuno es un momento ideal para incluir una fruta fresca para así compensar parte de las necesidades de vitaminas y minerales.
Almuerzos
Iniciar cada comida con una ensalada es una buena elección, acompañarlas luego con proteínas (carne, pollo, pescados o huevos) y algún carbohidrato como la papa, batata, arroz o fideos hace que el resultado sea un plato completo y balanceado.
Cenas
Las cenas pueden ser más livianas que en el invierno, ya que el aumento de la temperatura invita a consumir alimentos más frescos y livianos. Lo ideal es cenar al menos dos horas antes de acostarse para que la digestión no interfiera con el sueño, y éste pueda ser reparador.
Una buena opción sería una ensalada que cuanta más variedad de verduras incluya, más nutritiva, y esto se traduce en mayor vitalidad y energía. Para aderezarla se puede elegir aceite de oliva (1 cucharada sopera), semillas de sésamo, chía o hasta frutos secos que además de enriquecer en nutrientes esenciales los platos, proporcionan agradables y variados sabores.
Algunas opciones de cenas pueden ser: soufflés de verduras, omelet, zapallitos rellenos de pollo o verduras, una ensalada con atún, etc.
Tomar agua
Mantener el cuerpo bien hidratado es fundamental para contribuir al buen desarrollo de las distintas funciones orgánicas. De esta manera, se favorece la función renal e intestinal y el organismo no se sobrecarga de sustancias de desecho. Tener una botella de agua en un lugar fresco y bien visible es la mejor forma de obligarse a tomar la cantidad de agua necesaria. Esto se puede complementar con infusiones y jugos de verduras y frutas. Lo ideal es consumir como mínimo 2 a 3 litros de agua al día en especial en épocas de mucho calor.
Que comer entre comidas
Se pueden elegir alimentos nutritivos como: diferentes frutas, jugos de hortalizas o de frutas, 1 puñado de frutos secos (almendras, nueces, maní, etc.), sándwich de verduras, ensalada de frutas con yogur, batidos de fruta con leche, etc.
Algunas recomendaciones adicionales para controlar el peso
Si bien solemos asociar a los edulcorantes con la dieta y su ayuda para bajar de peso, se comprobó que los edulcorantes artificiales en exceso pueden llevar al aumento de peso, ya que su consumo frecuente podría alterar los procesos metabólicos del organismo y la capacidad de regular la ingesta, entonces se termina consumiendo más alimentos que si el cuerpo hubiese recibido la señal de que ya ha consumido azúcar o calorías y por ende terminar consumiendo más cantidad de alimentos y así aumentar de peso.
Algunos sustitutos más naturales podrían ser el azúcar morena en cantidades controladas, la miel negra o la stevia o ka´a he´e
Un cuidado especial que debemos tener es no agregar demasiada sal a las comidas; esto genera retención de líquidos y por ende aumento de peso, la medida ideal es la que cabe en el espacio que ocupa un blíster de aspirina, que equivale a un gramo por comida.
Se pueden también sazonar las comidas con especias como pimienta, pimentón, ají molido, nuez moscada, curry, comino, etc. También se pueden utilizar vinagre, jugo de limón y vegetales aromáticos como ajo, cebolla, puerro, apio, cebolla de verdeo, albahaca, etc.
Se prestan a engaño las sales saborizadas o dietéticas, entre las cuales algunas están libres de sodio pero la mayoría contienen sodio en menor proporción, por lo cual tampoco es conveniente abusar de ellas.