En verano muchas veces la piel se nos vuelve opaca, seca, descamativa o áspera como consecuencia de la deshidratación, la exposición al sol, playa, piscinas con cloro, polvo.. y por otro lado, se nos taponan los poros o podemos presentar brotes de acné ( debido al sudor, el calor, el sol, el uso de aceites, cremas o protectores solares de textura pesada)
La exfoliación es uno de los pasos más beneficiosos para la piel en esta época ( además de la hidratación y el uso de protectores solares) ya que nos permite:
- retirar las células muertas,
-limpiar los poros y mantenerlos desobstruidos,
-reducir las líneas de expresión, unificar y dar luminosidad al tono de la piel
- activar la circulación sanguínea y de la linfa, favoreciendo la eliminación de toxinas de nuestro cuerpo.
-además asegura una mejor y más homogénea absorción de productos desde la superficie cutánea.
Existen un montón de tipos de exfoliantes y podemos dividirlos en químicos y físicos.
Dentro de los físicos están
-la microdermoabrasión ( más suave) y la dermoabrasión ( más agresiva) que se realizan con papeles de lija, cristales, puntas de diamante u otros dispositivos que van eliminando las capas superficiales de la piel paso a paso según la presión y la aspereza ( los suaves se pueden realizar en verano).
-Los peelings con laser, que son la mejor elección pero los reservamos para temporadas con menos exposición al sol
-Los cepillos, arenillas, scrubs faciales que podemos encontrar con granulados muy finos o más gruesos junto con otros principios activos que pueden contribuir a mejorar su resultado según estemos tratando piel corporal, facial, piel seca y sensible o más gruesa y seborreica. Es importante recalcar que NO deben ser de uso diario en ningún tipo de piel y que se debe tener cuidado con la presión ejercida o el número de pases realizado ya que pueden irritar la piel, sensibilizarla o dar resultados inhomogeneos por las diferentes presiones ejercidas en una zona u otra por citar un ejemplo.
Dentro de los químicos están
-Los peelings químicos que según el tipo y concentración de ácidos empleados pueden ser muy agresivos ( estos también los reservamos para el invierno) o muy suaves con los que logramos un efecto más sutil de renovación de la piel para dejarla más luminosa sin sensibilizarla al sol.
-Los exfoliantes químicos, estos son una estrategia bastante útil en el verano, siempre que utilicemos alfahidroxiacidos ( AHA) o betahidroxiacidos (BHA) a concentraciones bajas que nos dan la capacidad de renovar piel, evitar la obstrucción de los poros ( ya dijimos que el sol, sudor, protectores solares, etc hacen que en el verano sea muy frecuente esto) y mantenerla limpia y luminosa, mejorando su capacidad de absorber los hidratantes, antioxidantes y otros productos que aplicamos en la superficie y su capacidad de defensa ante las agresiones como la radiación ultravioleta, viento, contaminación. Muchos de ellos vienen asociados con agentes probióticos que restauran la barrera cutánea y con antioxidantes que reducen el estrés oxidativo al que están expuestas nuestras células por lo que el efecto de renovación celular que nos da luminosidad e hidratación se maximiza. El uso de estos productos por lo general es de 1 vez por semana en pieles secas, normales o sensibles o hasta 2 veces por semana si la piel es más grasa y con tendencia al acné, y siempre acompañada de la rutina diaria acorde a cada persona.
No tengamos miedo de exfoliarnos la piel en verano para lucir una piel radiante pero hagámoslo con productos indicados para nuestro tipo de piel y recuerden posteriormente hidratarla correctamente, utilizar antioxidantes y protectores solares siempre!